· 

CUANDO TENÍA MIEDO DE HABLAR EN PÚBLICO Y CÓMO LO SUPERÉ

Por: Janet Delgado González

2 de junio 2025

 

 

Te voy a contar una verdad que pocos creen cuando me ven ahora dando cursos, capacitaciones o hablando frente a un grupo: yo también tuve miedo de hablar en público. Miedo real, que arrastré desde que estaba en la secundaria, del que sufrí en la universidad, miedo de ese que hace que te tiemblen las manos, la voz, del que te hace olvidar de lo que ibas a hablar y que te hacen pensar:


¿Qué estoy haciendo aquí frente a todos ellos? ¿Qué voy a decir si ya se me olvido todo?

 

Durante esa etapa escolar, pensaba que para pararme frente a un público tenía que ser perfecta. Que debía tener un tono de voz impecable, nervios de acero, todo memorizado, cero errores y la respuesta correcta para todo, lo cual me generaba más tensión, nerviosismo y todo salía peor.


Spoiler alert ¡No se necesita nada de eso!

 

Claro que se necesita estructura, claridad y estrategia; pero antes que todo eso, se necesita valor y atreverse. El valor de estar al frente, aun con la garganta reseca y los colores subiendo y bajando del rostro. El valor de compartir lo que sabes. El valor de decir: esto lo aprendí, me funcionó y hoy quiero que te sirva a ti también.

 

 

Ese fue mi primer paso: entender que no tenía que ser perfecta, solo auténtica.

 

Después vinieron las herramientas: aprender a estructurar una sesión, cómo mantener la atención del grupo, cómo responder con seguridad y cómo generar dinámicas que conecten.

 

Claro que no fue de un día para otro, pero el cambio inicio, cuando tome el valor y precisamente me postule para mi primer trabajo como capacitadora, y cuando me dieron el sí, por supuesto que imagine el peor de los escenarios y sentí tantos nervios de fracasar, de ridiculizarme, pero si no era en ese momento ¿cuándo?

  

Hoy sé, por experiencia propia, que cuando tomas eso que tanto temes (pero sabes que puede hacerte crecer) y lo conviertes en un reto personal, entonces no solo lo superas, te transformas. Porque enfrentarte a hablar en público no solo cambia cómo te ven los demás. Cambia cómo te ves tú. Y eso… eso no tiene precio.

 

Escribir comentario

Comentarios: 0